Hace unos días, un artículo del Diario Informacion nos alarmó: «La obesidad se convierte en la primera causa de cáncer,  por delante del tabaquismo.»

España, es uno de los países que está en la cabeza de la obesidad infantil y no nos damos cuenta de lo que esto causa en el futuro de estos niños. Actualmente, los niños tienen una vida más sedentaria, pasan más tiempo delante de pantallas que jugando en la calle y corriendo. Esto unido a que cada vez se cuida menos la alimentación, ingieren más azucares, bollería, comida rápida, etc;  pone en riesgo la salud de nuestros pequeños.

Si los niños son partícipes en su alimentación, y mediante el juego y la manipulación, aprenden hábitos saludables, es mas fácil que en su etapa de adultos,  lleven a cabo una alimentación saludable y esto mejore notablemente su salud. La mejor manera de que esto pueda ocurrir es dejando que los propios niños participen en la elaboración de su alimentación, siempre con supervisión de un adulto, para hacerlo de una manera segura.

Cuando un niño participa en esta elaboración, tiene más curiosidad en probar los alimentos que está cocinando, despertando así su interés. Pero también se siente capaz de poder trabajar por sí mismo en tareas que generalmente se reservan a adultos, estimulando así su autonomía. La autonomía está muy relacionada con todo esto.  Dejemos que se den cuenta de que ellos pueden conseguir hacer lo que se propongan y si les hace falta ayuda, que la pidan, pero que no deleguen en los padres, lo que ellos son capaces de hacer.

Un niño seguro, sano y feliz, lleva una vida mucho mas satisfactoria y eso podemos conseguirlo con pequeños gestos, que son grandes para ellos. Dejemos que entren más en la cocina, que nos ayuden, que nos sorprendan con sus creaciones y trabajen su creatividad.

¡Con la comida sí se juega! 🙂