Claves para educar niños más felices

Claves para educar niños más felices

A primera vista puede parecer sencillo conseguir que un niño sea feliz, pero lo cierto es que la felicidad infantil depende en gran medida de factores emocionales y de aprendizaje que deben ser transmitidos por padres, educadores y por la sociedad en general. Bienestar, despreocupación, seguridad y tranquilidad son algunas situaciones que pueden definir muy bien la felicidad. A continuación o detallamos algunas prácticas que, como padres, deberíamos tener en cuenta a la hora de educar niños más felices.

– Comunicación. Establecer canales de comunicación a través del juego, el baile o la cocina reforzará los lazos afectivos entre tú y tu hijo y facilitará la comprensión mutua, tan importante en las edades tempranas.

– Amabilidad. Enseñar a tus hijos a ser amables hace que experimenten más satisfacción y energía, sean más agradecidos y gocen de mayor aceptación social.

– Agradecimiento.  La gratitud favorece la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los niños. Los niños valoran más lo que tienen y a su entorno.

– Inteligencia emocional. Enseñar a tus hijos a aceptar sus frustraciones de forma positiva así como a regular y controlar sus emociones genera tranquilidad y armonía en su carácter, lo que les ayuda a afrontar con más calma las situaciones complicadas.

– Empatía. Enseña a tu hijo a ponerse en el lugar del otro. Que no haga a los demás lo que no le gustaría que le hiciesen a él o ella. Así mejorará su sociabilidad y será capaz de responder con mejor juicio a todo tipo de problemas en el futuro.

– Autonomía. Anima a tus hijos a que hagan cosas por sí mismos de forma independiente. Hacer sus camas, cocinar, ir a comprar…Esto potenciará su autoestima, seguridad y confianza en sí mismos.

– Logros personales. Debemos animar siempre a nuestros hijos a conseguir sus logros personales y felicitarles cuando los consigan. Esto genera tranquilidad y armonía en su carácter.

Todos estos aspectos influirán de forma determinante en la felicidad y bienestar de nuestros hijos. Como padres, nuestra función es poner toda la carne en el asador para lograr la felicidad de nuestros hijos, tanto en su infancia, como en el futuro.