Educar en la disciplina positiva

Educar en la disciplina positiva

Estos últimos años puede que hayas escuchado hablar de un nuevo método para criar a nuestros hijos si queremos dejar en el pasado el modelo autoritario. Los tiempos cambian y tenemos que empezar a tratar a los demás con el mismo respeto con el que queremos que nos traten a nosotros. Ya sea en casa o en el trabajo, todos tenemos que ver el comportamiento de una persona en su conjunto y no solo momentos donde nos ha enfurecido, para ser capaces de ver el porqué de dicha acción.

Al final estamos hablando de una filosofía de vida que debemos adoptar como sociedad y en la que, como en muchas ocasiones, tiene que empezar desde nuestra crianza. Se llama la disciplina positiva.

¿Por qué surge la educación autoritaria?

Hay una gran cantidad de decisiones en nuestra vida adulta relacionadas con nuestro comportamiento con otras personas que está ligada directamente con nuestra relación con nuestros padres. Los gritos de rabia, los golpes o la total indiferencia a los sentimientos suelen ser muy comunes en nuestra infancia y no debería ser así. Que un padre insulte o peor, pegue a su hijo, puede parecer a muchos padres la solución correcta para que aprenda el pequeño a respetar a sus mayores, pero, todo lo contrario, lo único que creas es resentimiento y desconfianza.

Toda esta relación entre padres e hijos como habréis imaginado se incrementa y los niños asumen esta dinámica como la más efectiva en su vida adulta, pero no tiene porque ser así. Si desde el núcleo familiar podemos aplicar la disciplina positiva haremos un gran cambio en la vida de los niños a largo plazo para sus posteriores relaciones personales y profesionales. Esta disciplina es imprescindible si queremos mejorar como personas.

¿Qué es la disciplina positiva y cómo aplicarla con estos consejos a la familia?

Según Lee Lima, una coach de familia y educadora, habla de la disciplina positiva como un enfoque que te permite entender el comportamiento del niño, aceptándolo y conociéndolo, lo cual lleva a una forma positiva de comunicación partiendo de la firmeza y la amabilidad.

Todo este método nos lleva a relacionarnos mejor con nuestros hijos, a ponernos en sus zapatos y conectar de verdad con ellos. Esto no significa hacer todo lo que ellos quieran, se puede confundir, pero este método no es mimar al niño, es entender al niño y saber porque hace y dice algo en concreto. En el caso de que hayan hecho una mala acción lo mejor que puedes hacer como padre es mantener la calma y hablar con él, que te diga porque ha hecho o dicho eso. Requiere paciencia, pero si le explicas porque eso está mal de una manera que él lo entienda y le explicas las malas consecuencias de sus actos ya has dado un paso por acercarte a él y ser amigo y padre a la vez.

Es importante recordar que los niños al igual que los adultos, son personas que comenten errores y no por ello hay que reaccionar de forma agresiva y condescendiente ante estas situaciones. La disciplina positiva da pie a un nuevo modo de ver estos retos diarios, los errores que van cometiendo los niños se convertirán en grandes momentos de aprendizaje. En muchas ocasiones vemos niños que no se atreven a hacer algo por si mismos ya que tienen miedo a equivocarse y, por tanto, recibir la típica regañina de sus padres. En Cook & Play hemos observado en nuestros talleres de cocina estas tendencias e intentamos compensarlas animando a los niños a que se abran a intentar nuevas formas de crear sin miedo a equivocarse. Al final, este método funciona muy bien en el aprendizaje y lo hemos comprobado de primera mano.

Empezar a utilizar la disciplina positiva es difícil y requiere de mucha paciencia, pero la recompensa de ver a tu hijo, sobrino o alumno ir aprendiendo de sus errores sin tener miedo a equivocarse, es una inversión en la que vale la pena arriesgarse, por ti y por su futuro.