Siempre se nos dice que hay que inculcar hábitos saludables a los niños, pero los que somos padres sabemos esto no es tan fácil como puede parecer. Sobre todo, teniendo en cuenta la gran cantidad de alimentos atractivos, pero poco saludables que hay en el mercado. Y también el ritmo de vida que llevamos, que nos impide muchas veces implantar rutinas saludables para nuestros hijos.

Alimentación sana para los niños

Las mismas pautas de alimentación sana de los adultos, sirven para los niños. Hay que proporcionarles una dieta basada en frutas y verduras, legumbres y cereales integrales. Limitar el consumo de carnes rojas, alimentos ultra procesados y dulces.

Para ello, es importante que los niños perciban los alimentos saludables como “ricos” y sabrosos. Tenemos que evitar recompensarles con dulces y refrescos, porque esto solo reforzará la percepción de que estos alimentos son un premio y por tanto son buenos.

Es fundamental acabar con la percepción de que lo sano no está rico, o no es divertido. Para ello, tenemos que usar la creatividad, preparar platos apetecibles con ingredientes sanos jugando con diferentes formas, colores y texturas.

El agua tiene que ser la bebida de los niños. Evita los refrescos y recuerda que un zumo nunca sustituye al agua, ni tampoco a una pieza de fruta.

Los niños tienen que percibir que la comida buena y sana, es la que se hace en casa. El trabajo y las obligaciones a menudo nos dejan poco tiempo para cocinar, pero los padres tenemos que intentar organizarnos para preparar cocina casera y evitar los ultra procesados. No abuses de la sal o del azúcar para que les guste algo más. Si se condimentan mucho los alimentos, el niño va a rechazar el sabor natural de los ingredientes.

Cuando cocines, deja que tus hijos entren en la cocina y que te ayuden. Esto les servirá a conocer mejor el proceso y a reforzar su vínculo con los alimentos.

Ejercicio en la rutina de los niños

El ejercicio es fundamental en toda rutina saludable. Y en los niños es especialmente importante porque no solo mejora su salud, sino que también contribuye a su desarrollo emocional y psicomotriz.

Es conveniente que nuestros hijos realicen alguna actividad deportiva extraescolar que además les permitirá socializar con otros niños.

Pero el ejercicio también tiene que formar parte de la rutina diaria. En casa plantea juegos activos y propón planes en familia relacionados con el ejercicio. Que asuman el ejercicio como algo natural, necesario y divertido, nunca como un deber.

Vigila que no pasen mucho tiempo sentados y conectados a dispositivos electrónicos y, por supuesto, predica con el ejemplo.

Higiene, seguridad y cuidado del entorno para los niños

Todos estos hábitos saludables tienen que ir siempre acompañados de una correcta educación en higiene y seguridad. Enseña a tus hijos que siempre hay que lavarse las manos antes y después de las comidas, y que hay que asearse después de hacer deporte.

Explícales los riesgos que puede haber cuando realizan ejercicio y al cocinar, enseñándoles a realizar estas tareas siempre con precaución. No se trata de que tengan miedo, pero sí de que respeten los límites y estén seguros.

Por último, no olvides que los niños de hoy serán los adultos del futuro y que tienen que aprender desde ya a cuidar su entorno, así que enséñales a reciclar y a ahorrar agua y energía en casa.

Toma nota de todas estas pautas y haz un calendario o una rutina que se adapte bien a vuestros ritmos para que toda la familia pueda gozar de una vida plena y saludable.

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